28 de septiembre de 2013

Sábados

Afuera hay un ocaso, alhaja oscura 
engastada en el tiempo, 
y una honda ciudad ciega 
de hombres que no te vieron. 
La tarde calla o canta. 
Alguien descrucifica los anhelos 
clavados en el piano. 
Siempre, la multitud de tu hermosura. 
A despecho de tu desamor 
tu hermosura 
prodiga su milagro por el tiempo. 
Esta en ti la ventura 
como la primavera en la hoja nueva. 
Ya casi no soy nadie, 
soy tan solo ese anhelo 
que se pierde en la tarde. 
En ti esta la delicia 
como esta la crueldad en las espadas. 

Agravando la reja esta la noche. 
En la sala severa 
se buscan como ciegos nuestras dos soledades. 
Sobrevive a la tarde 
la blancura gloriosa de tu carne. 
En nuestro amor hay una pena 
que se parece al alma. 

Tú 
que ayer solo eras toda hermosura 
eres tambien todo amor, ahora.

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