22 de mayo de 2014

3. Verdad

La celebración parecía ir a normalidad. De entre los invitados había un grupo bastante pluralista de razas, unos más sospechosos que otros e interesantes, hasta que el rostro de mi objetivo apareció frente a mis ojos. Le seguí cautelosamente y no obstante ello él se percató de mi presencia. Fui ingenua al considerar que él me diría así como así lo que sabía sobre mi raza y entonces el caos comenzó a desatarse. En un segundo me vi obligada a ser parte de un bando, me vi obligada a elegir un bando de los que en realidad no sabía nada. 
Claramente mis intereses debían ser salvaguardados. 

Allí se planeaba una revolución en contra de la realeza y si aquel rey era derrotado,entonces la gran pista se esfumaría de mis dedos; hicimos un trato, yo le ayudaría a cambio de la información. 

Fue una extensa batalla y poco a poco descubrí mi existencia, de cómo una criatura de la misma naturaleza que yo había escapado con la ayuda de una pareja de esclavos humanos a cambio de salvar a su pequeño hijo hechicero, llevándome como prueba invaluable de nuestra existencia. Ella abandonó en los bosques al recién nacido y convivimos ambas por años, ella como mi maestra pensando que con nuestra naturaleza única tendríamos lo que quisiéramos; un día las diferencias se hicieron notorias, por alguna extraña razón yo no pude seguir sus anhelos y ella al parecer lo supo; después de una pelea con un grupo de lobos ella simplemente me abandonó.

Aquel sujeto fue el clavo para que yo recordase todo y terminó siendo un gran camarada. Luché junto a él, confié en más de una ocasión en sus palabras, incluso más, nuestras mentes terminaron en una extraña conexión que jamás se esfumó, pero que fuimos capaces con el tiempo de hacer como si  no existiese. 

Hace años que no intento saber que piensa, aunque reconozco que a veces extraños sentimientos me invaden y sé que no son míos. Resulta extraño que logre sentir, considerando que luego de aquellos días en aquellas ruinas encantadas yo descubrí no ser más que un ser nacido gracias a la magia negra, un experimento del cual era el único vestigio sobreviviente. No era más que una reliquia.  

Recordé todo lo sucedido cuando la profecía estalló y cuando decidí luchar por la causa que al momento de mi creación me habían impuesto destruir. Así mi compañero de lucha acepto su derrota y con un leve movimiento de cabezas nos despedimos sin más. No estábamos destinados a seguir un contacto siquiera como amigos, ambos éramos demasiado egoístas y solitarios como para cambiar nuestra forma de vida, sobre todo considerando que ninguno de los dos iba jamás a conseguir lo que quería.

Talbot me encontró allí, moribunda, como muchas veces antes. Había descubierto la verdad sobre el asesinato de su hermana y yo no me sorprendí por eso; estaba agotada y por primera vez maldecía la eternidad de la que gozaba. Él tampoco fue capaz de cuestionarme demasiado, simplemente me llevó con él, y dijo que esperaría hasta que yo consiguiese aceptarme junto con mi pasado.

Nuestra paz duró algún tiempo hasta que fue traicionado por su propio clan y asesinado a sangre fría; querían su trono y para ello aún quedaba un obstáculo, su nieto, a quien hacía poco más de un año él mismo había convertido. 

Yo pensaba que definitivamente mi existencia no estaba ligada a la felicidad o algo similar, pero entonces comprendí que aunque hubiese sido parte de un mero experimento no podía rendirme en mi búsqueda de lo contrario nada quedaría. Decidí ayudar al joven vampiro Eric, porque Talbot lo hubiera querido de ese modo y porque sus hermanos, jamás me habían caído bien.Los iba a matar uno a uno, por Talbot, por Eric, por mí. 

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