Alegrías invaden mi rostro, se que son como la falsa modestia pero me hacen feliz, aunque sea por un instante. Me llenas, me alegras, me ilusionas de cierta manera estúpida. Cuando reflexiono todo cambia drásticamente; siento que soy una niña que no ha madurado lo suficiente para darse cuenta que todo es un juego, me gustaría tenerte en frente y obligarte que me digas a la cara todo lo que me dices con tus frases bonitas, que me matan poco a poco.
Esa falsa ilusión que nace en mi, como desearía que todo lo que dices se cumpla, antes que pierda las esperanzas de este sueño, antes que despierte de esta fe que me recorre el cuerpo.
Quisiera sin más palabras un adiós definitivo o un saludo eterno, que las conversaciones no se acabaran, pero el tiempo es ilimitado y debemos marcharnos para comenzar el ciclo nuevamente. Extraño tus palabras, me haces falta.
Esa falsa ilusión que nace en mi, como desearía que todo lo que dices se cumpla, antes que pierda las esperanzas de este sueño, antes que despierte de esta fe que me recorre el cuerpo.
Quisiera sin más palabras un adiós definitivo o un saludo eterno, que las conversaciones no se acabaran, pero el tiempo es ilimitado y debemos marcharnos para comenzar el ciclo nuevamente. Extraño tus palabras, me haces falta.
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