3 de julio de 2014

Carta V

Querido Manuel 

Y ya que estamos con confesiones, voy a hacerte unas cuantas. 

Hoy no ha sido un muy buen día para mi estabilidad emocional. Ha sido uno de esos días en que las cosas comienzan a dar vueltas y vueltas y no dejas de pensar; hay días en que me siento tan sola que ni te lo imaginas. Así que me puse a ordenar mi habitación con la finalidad de mantener la mente ocupada y creo que dio un poco de resultado; entrada la tarde ya todo estaba más estable y en orden. 

Por otra parte me he pasado varios minutos pensando en cómo responderte, y lo único a lo que llego es a realizar una vil y resumida copia de tus palabras. Me gusta dialogar contigo, me das confianza y es raro porque al mismo tiempo también me da vergüenza enviarte audios y tal y me digo a mi misma, ¿qué tiene?, él está a kilómetros de distancia, no es como si de pronto fuese a aparecer y burlarse. Pero ya vez, a veces soy un poco maniática con todo. 

Me gusta que me coquetees y claro, también me gusta saber que te sonríes como un tonto. Yo me sonrío bastante como idiota cuando me hablas. 

Si vienes a Chile algún día, cuenta con que seré tu guía turístico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y este Manuel... conoce tu blog? Imagino que si te lee se sonreíra (de nuevo). Manuel se llama mi hermano, ya que estamos.
Siempre es un placer aparecer por acá, y arriba con las entradas optimistas porfis!
Abrazo