28 de febrero de 2008

Buscando una identidad [Regalo, Encargo para ti]


Dime cual es el camino que a tu juicio sea el correcto; el más fácil, en el que no haya dolor ni sufrimiento, entonces yo podré decirte que elijo el equivocado, donde las dificultades abundan en boca de los muertos.

Aprenderé de a poco a no juzgar lo que no comprendo. Ayudar sin sentirme un hipócrita, hacer lo que guste sin esperar reproches, demostrar que soy como lo que quiero ser; como aquel niño inocente que sólo quiere escapar, que anhela, que sueña, que quiere disfrutar; ser ese hombre que es feliz con un simple gesto, con las cosas comunes y corrientes, esa persona que cree que se puede vivir con nuevas oportunidades. Yo solo quiero volar por este enorme y ambiguo sueño, viajar por los pasadizos de esta vida y encontrar no muy lejos una salida hacia la luz, hacia mi esencia, hacia lo que soy.

No pienso en encontrar la felicidad, pues esta se vive a ratos, no quiero sólo recordar los bellos momentos, quiero recordar las caídas, quiero lograr mantener mi equilibrio. Aprender a vivir de mis sueños, renacer cada día con los rayos del sol y con el frío en el invierno, flotar como plumas al caminar por las calles y saber reír con los malos chistes. Quiero saber que hacer en difíciles situaciones, no cuestionarme si fui yo el de las decisiones, quiero demostrar que el ser humano vive de sus sueños y que no es tan complicado hacer que las fantasías se desliguen de ser algo ilusorio, todo y mucho más quisiera descubrir, dejar de lado la confusión y vivir mi vida, lograr salir del hondo pozo que me inunda cada día. 

No quiero ser Racional, no quiero ser consecuente, al menos en estos instantes. No quiero perder la inocencia pues me queda mucho por viajar, por descubrir, por volar en la imaginación y afirmar desde aquí arriba que la vida de un oficinista no es la mía, pues puedo estar desorientado, desenfocado o como quieran llamarle, pero estoy viviendo, con mis sueños, mis anhelos, mis deseos, como el ser solidario que busca regalar una sonrisa todos los días y que intenta no caer en la rutina.

27 de febrero de 2008

Idealizando... Día cualquiera

Comienzan aquellas lluvias, tan suaves, tan frías, anunciando tu llegada y junto a ti esa nostalgia que se apodera inconscientemente de mi alma, la cual me da la oportunidad de llorar y guardarme todo ese aire nostálgico que te pide a gritos que te desahogues.

De pronto sientes unas gotas correr tu cara y piensas que es la lluvia que ha comenzado su discurso el cual parece eterno e increíblemente te das cuenta que todo el tiempo has llevado el paraguas sobre ti y no es la lluvia, son tus lágrimas...

Camino pensando en lo triste de la vida, lo injusto, pienso en la marginación, pienso en la tristeza, el sufrimiento, la desdicha, pienso en mi, mi presente, mi futuro. La lluvia se ha detenido, me parece ver a un hombre que se está refugiado en lo que parece ser su casa, aquella banca en la plaza con nada más que un trozo de cartón, soportando la mierda de los perros que pasan a su alrededor, el pasto húmedo, y pienso que esa brisa tan cálida para mi es tan fría para él. Reconozco su rostro lleno de fe, él vive con más fe que nunca, veo como la esperanza se ha alejado completamente de su vida pero su rostro está lleno de ella, se ve feliz, al menos mas que yo y entonces pienso ¿Es tan cruel mi vida como la veo a diario? Soy ser humano, por ello es que no reacciono hasta ver la desgracia ajena y volver a amar mi vida, hasta olvidarme de las desgracias ajenas y creer nuevamente que no soy nadie.

En realidad no soy nadie, nadie es nadie, a veces creo eso, a veces creo lo contario. Intento que ello no ocurra, pero hoy es uno de esos días en que todo es confuso. Comienzan aquellas lluvias, y mi corazón late fuerte pues quiere llorar. Es una costumbre que se inserta en mi cuerpo. Llorar sin motivo, reír sin razón. Pocas veces río, pues no encuentro la solución... ni el problema.

26 de febrero de 2008

Capitalismo

Vivimos insertados en un sistema por el cual, en pos de obtener la tranquilidad y el bienestar material, nos cerramos y endurecemos. Se nos marchita el alma, aprendemos a montarnos tras duras corazas para evitar sufrir, rutinizamos nuestra vida en trabajos alienantes que no nos dejan nada trascendente más que algo de dinero, entablamos relaciones interpersonales regidas por un criterio mercantilista y nos intoxicamos con y gracias a ellas. 

Nacemos involucrados dentro de una estructura social ya montada, cuyo eje es un sistema de objetos que nos rodea, nos seduce y nos atrapa con sus bondades completamente perecederas e intrascendentes. 

Es harto angustiante caer en cuenta de que nuestra única, irrepetible y finita existencia está siendo dirigida hacia metas tan efímeras y de gratificación tan pasajera como vivir con tranquilidad y confort. 

¿Para qué sirve que el hombre tenga actualmente una expectativa de vida mucho mayor a la que jamás haya accedido si su paso por este mundo está determinado por la intrascendencia consumista? 

El anhelo por llevar una vida sin sobresaltos en una bonita casa con un bonito jardín es la recompensa justa con que esta organización social, política y económica llamada capitalismo nos premia por comportarnos como peones tan obedientes y disciplinados. 

Cada mañana de cada día, un ejército de trabajadores salen al ruedo para poner en funcionamiento una enorme y anónima maquinaria que pareciera no tener una cabeza visible que la dirija...Es patético.

25 de febrero de 2008

Voluntad


Y la brisa cálida se volvió de repente en viento aterrador, frío y fuerte en su contra, impidiéndole el paso; que devastador, me entristece. 

Y pensar que todo depende de él pero no es sencillo como todos lo creen. 

Se está muriendo por dentro y nadie lo ve. 

Lágrimas deseosas, adiós a esa sonrisa. Bienvenido temor, llanto, dolor, angustia. 

Al menos sabemos que poco durará. Mañana él no te recordará, pues mañana volverá a conocerte.

24 de febrero de 2008

Ese Día

La realidad se torna absurda y la demencia inunda nuestras mente, reímos sin razón y lloramos por cualquier estupidez; todo indica que se acerca el fin. Algo como eso, dentro de cada realidad. 

Somos capaces de reconocer distintas circunstancias de la vida y "adaptarnos" sin tantos reproches y aun así estamos vacíos, faltos de ese algo que llene nuestro cuerpo un incentivo para seguir razonando por algo que no sabemos si nos conviene o no. 

No estamos ciegos, podemos hablar, expresar antes de morir en nuestras respectivas cruces, es el momento de reflexionar ¿vale la penas seguir adelante por la felicidad prometida? y si supieras que tu camino en la tierra solo durara hasta dentro de 3 años ¿seguirías con tu proyecto de vida para formarte y vivir del dinero tan necesario que pide el sistema? o simplemente disfrutarías hasta dormirte.

 Que asco de vida seria aquella.

23 de febrero de 2008

Más que palabras

Alegrías invaden mi rostro, se que son como la falsa modestia pero me hacen feliz, aunque sea por un instante. Me llenas, me alegras, me ilusionas de cierta manera estúpida. Cuando reflexiono todo cambia drásticamente; siento que soy una niña que no ha madurado lo suficiente para darse cuenta que todo es un juego, me gustaría tenerte en frente y obligarte que me digas a la cara todo lo que me dices con tus frases bonitas, que me matan poco a poco. 

Esa falsa ilusión que nace en mi, como desearía que todo lo que dices se cumpla, antes que pierda las esperanzas de este sueño, antes que despierte de esta fe que me recorre el cuerpo. 

Quisiera sin más palabras un adiós definitivo o un saludo eterno, que las conversaciones no se acabaran, pero el tiempo es ilimitado y debemos marcharnos para comenzar el ciclo nuevamente. Extraño tus palabras, me haces falta.