Recapitulando, ha sido un gran año. Un gran año para tragedias desgracias, tristezas y desilusiones; claro, también han estado esos buenos momentos, pero suponemos que hoy verdaderamente puede decirse, que esta vez, la lucha de los sentimientos encontrados ha tenido un ganador. Ella podría plasmar aquí todas esas nefastas preguntas que a vista y paciencia no tienen una solución ni una respuesta; pero jamás se ha jactado de ser exhibicionista.
Yo le diría que en desahogarse no hay nada malo, que es probable que nadie lo leyera y en su defecto ¿Y qué?, después de todo Antonela siempre ha dicho que la mejor forma es mediante letras.
Supongo que el dicho de que cuando una tragedia llega, jamás viene sola, es cierto. Aún así, talvez ella debería intentar ser un poco más optimista, más de lo que ya lo es o simplemente desligarse.
Ese sería, a primera vista, un buen consejo y claro está que la contra respuesta vendría inmediatamente: Es imposible desligarse, imposible en casos como estos.
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