28 de agosto de 2012

Adiós orgullo, Hasta pronto.

A veces, se me ha dado la obligación, extraña de por sí, de dejar registro de todos mis avances sea naturales de la vida en sí o de hechos importantes que hayan acontecido en mi vida. Hace tiempo que tengo esa manía, pero no digamos que es muy exacta ni reglada tampoco, porque varias cosas han pasado desapercibidas. ¡Menos mal!

La verdad, lo que quiero aquí plasmar no lo voy a hacer con completa libertad de esas que yo quisiera. No, ni siquiera me atrevería a hacerlo a papel. Indudablemente alguien lo leería. El punto es que necesito transformarlo en algo ininteligible, y creo yo que eso, se me da bastante bien. 

Fue hace dos semana. Dos semanas exactas.

El problema de todo este cuestionamiento no es otro sino el cual versa sobre mi orgullo, el actual ahora esta por los suelos. Todo quedo en una situación en la que yo no podría decir nada y tu podrías decir mucho, porque sí, señoras y señores, esta autora estaba más que consciente de lo que estaba haciendo aquella tarde, aquella noche, esta mediocre escritora estaba consciente de los hechos que luego llamaría errores y estaba mucho más consciente de la clase de sujeto que irrumpía en su vida. Siento como si me hubiesen robado el alma y cada día en que no te recuerdo y de pronto apareces me siento humillada. 

Me digo a mi misma y a todo el mundo que no estoy mal. que es mi orgullo el pasado a llevar y que sentía que viéndote iba a recuperarlo. Qué equivocada estaba. Estoy mal, me hace mal tu indiferencia pero no me he equivocado respecto de mi orgullo, estoy mal por mi orgullo, porque lo pisoteaste y tantas veces como quisiste pisotearlo. Espero como tonta que me des una señal, o mas bien una palabra directa, un simple saludo o lo que sea, solo para convencerme de que no me aborreces o de que no te provoco vergüenza o de que no soy una completa ridícula. Me molesta de sobremanera que me ignores, creo que no lo merezco, porque debería ser yo quien estuviese ocupando tu lugar.

Ya lo he dicho. No puedo hacer nada al respecto así que ni ahí con calentarme la cabeza. Pasado pisado. Tu te lo pierdes, aunque a estas alturas de la vida, ya perdiste hace rato. Tu actitud sólo me dice que eres una persona demasiada inmadura que no sabe separar las cosas, cobarde que se esconde, cobarde que se hace el weón. Fuiste más imbécil que yo porque te sentiste posiblemente intimidado o con la necesidad de dar alguna explicación, cuando yo no pedí nada. Hombre habrías sido si aun así una vaga palabra hubieses enunciado. Tampoco es que esperara mucho de ti en realidad.

¿Cuantas veces he escrito sobre el amor y el desamor? mi vida entera siempre ha girado en virtud de las historias de mierda que se recrean en la mente humana. Mi vida entera he escrito sobre historias que casi nunca tienen final. Muchas veces me lo dijeron, que me involucraba mucho. Incluso una vez me dijeron que pensaba demasiado las cosas y tienen razón, he de dejar de pensar o me volveré loca. He de dejar de pensar en ti y el problema es que no quiero, no quiero dejar de pensar en ti porque aun quizás guardo la esperanza de que nos saludemos como si nada. Un simple saludo para mi sería el cierre perfecto, quizás no, porque mi orgullo esta por encima, y porque se supone que necesito ganarte o comprobar que puedo mirarte a la cara de frente sin romperme, creo que necesito saber que no me vez como un chiste, que podemos ser maduros, que podemos dar vuelta la pagina porque no espero disculpas ni nada, seria demasiado, necesito saber que tu no condicionas mi vida. 

Te odio. de verdad que si. 


No hay comentarios: