31 de agosto de 2010

Una desición: ¿Arrepentimiento?

Bien, lee con atención, porque supongo será la única oportunidad en la que puedas percibir mis sentimientos, pensamientos, emociones y todo lo demás sin la estúpida influencia del alcohol o de tu exuberante personalidad.

Me pillaste desapercibida, volando bajo como dicen por ahí y, a pesar de que no me arrepiento de nuestros besos, me arrepiento de muchas otras cosas: Como mis palabras.

Siento que jamás debí dejarte la puerta abierta a algo futuro y ahora las circunstancias de aquello pueden ser fatales. Hablamos de amistad y de cosas legales, pero ambos sabemos que no es más que una absurda ironía ¿Cómo no serlo si hemos empezado con el pie izquierdo?

Quiero que sepas, que tal vez lo mejor es dejar las cosas como dijimos antes de empezar a maquinar esta situación, en algo inexistente; entonces puedes decir ahora, con toda libertad que soy una cobarde, puedes agregar que todo lo que dijiste era cierto, más cierto que muchas cosas de tu realidad actual y entonces yo podría creerte, pero lamentablemente me cuesta verlo. Soy una cobarde por no arriesgarme, por no querer hacerlo, y entonces pienso en ella y sé, que al menos estoy haciendo lo correcto.

No soy platos de segunda mesa.

1 comentario:

Gonzalo dijo...

¿Me he perdido parte de la historia?
(Hola) Como relato está muy bien. Esperaba hablarnos luego. Ya te extrañaba!