19 de noviembre de 2013

Tristeza inedintificable

Una noticia cambio nuestras vidas y a pesar de que la noticia era lo más importante conllevaba una irremediable tristeza e impotencia de por medio.

Lloré.

Y creo que aún  no consigo identificar el verdadero motor de las lágrimas.

Resulta ser que pronto contaremos con un nuevo miembro en la familia y nadie desea o esperaba que eso ocurriese tan pronto.

Lloré porque no es lo optimo.
Llore porque será difícil.
Lloré porque, aunque sea un regalo, se ha cagado la vida.
Lloré porque mi madre lloraba.
Lloré porque sabía que el corazón de mi padre se rompería.
Lloré porque tenía miedo.

Lloré y luego mis ojos se secaron, recordé que no podía desmoronarme.
Lloré porque supe que entonces no podría llorar más respecto al tema.

No hay comentarios: