Me lo pregunto todas las noches. Bueno, casi todas.
23 de noviembre de 2013
21 de noviembre de 2013
Sólo te acepto viva, sólo te quiero Alejandra.
“Mi querida, tu carta de julio me llega en septiembre, espero que entre tanto estás ya de regreso en tu casa. Hemos compartido hospitales, aunque por motivos diferentes; la mía es harto banal, un accidente de auto que estuvo a punto de. Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta de todo lo que me escribís? Sí, desde luego te das cuenta, y sin embargo no te acepto así, no te quiero así, yo te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la confianza –y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la muerte. Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es también vos, lo sé, pero no es todo y además no es lo mejor de vos. Salir por esa puerta es falso en tu caso, lo siento como si se tratara de mí mismo. El poder poético es tuyo, lo sabés, lo sabemos todos los que te leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese poder era el antagonista frente a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos, hoy, matan otra cosa que poetas, ya no queda ni siquiera ese privilegio imperial, queridísima. Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con esto que nos envuelve a todos, llámale la luz o César Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria. Sólo te acepto viva, sólo te quiero Alejandra.
Escribíme, coño, y perdoná el tono, pero con qué ganas te bajaría el slip (¿rosa o verde?) para darte una paliza de esas que dicen te quiero a cada chicotazo.”
No, no voy a hacer una reseña al respecto. Sólo diré - escribiré - que yo quiero un Cortázar para mí. Muchas veces he pensado que lo tenía, y siempre he terminado dándome cuenta que no es así.
19 de noviembre de 2013
Tristeza inedintificable
Una noticia cambio nuestras vidas y a pesar de que la noticia era lo más importante conllevaba una irremediable tristeza e impotencia de por medio.
Lloré.
Y creo que aún no consigo identificar el verdadero motor de las lágrimas.
Resulta ser que pronto contaremos con un nuevo miembro en la familia y nadie desea o esperaba que eso ocurriese tan pronto.
Lloré porque no es lo optimo.
Llore porque será difícil.
Lloré porque, aunque sea un regalo, se ha cagado la vida.
Lloré porque mi madre lloraba.
Lloré porque sabía que el corazón de mi padre se rompería.
Lloré porque tenía miedo.
Lloré y luego mis ojos se secaron, recordé que no podía desmoronarme.
Lloré porque supe que entonces no podría llorar más respecto al tema.
Lloré.
Y creo que aún no consigo identificar el verdadero motor de las lágrimas.
Resulta ser que pronto contaremos con un nuevo miembro en la familia y nadie desea o esperaba que eso ocurriese tan pronto.
Lloré porque no es lo optimo.
Llore porque será difícil.
Lloré porque, aunque sea un regalo, se ha cagado la vida.
Lloré porque mi madre lloraba.
Lloré porque sabía que el corazón de mi padre se rompería.
Lloré porque tenía miedo.
Lloré y luego mis ojos se secaron, recordé que no podía desmoronarme.
Lloré porque supe que entonces no podría llorar más respecto al tema.
7 de noviembre de 2013
Apariencias aparentemente reales.
Últimamente todas las palabras han sido cosa de parafrasear ¿dónde diantres te has metido inspiración? es que a caso se trata de la inspiración propiamente tal? Yo jamás he constado de una musa, y espero no tenerla jamás, no soy partidaria de la dependencia pues suficiente tengo con el cigarrillo. otros tienen la bebida y a veces pienso que en realidad si soy un alcohólico, me embriago a cada instante, me embriago de ilusiones, de deseos paupérrimos que no soy capaz de materializar, ni visualizar concretamente porque hace algún tiempo todo me resulta abstracto. Que analogía sentirme así. Sobre todo tratándose de mi.
¿Es que a caso ya no quedan sentimientos o emociones que plasmar con letras metálicas, con aplastamientos de teclas que engrasan cada vez más mis dedos rígidos? debería dejar de excusarme con la depresión, porque es parte de mi esencia, de hecho es absurdo que aun no haya conseguido convivir plenamente con ella. Lo odio, al igual que casi todas las cosas que me rodean, y es que siempre he sido una intolerante y amargada encubierta. Mi madre lo dice, no lo de encubierta sino lo de amargada y yo preciso en convencerme de que no es cierto, por que no lo es, ¿cómo podría serlo? no es cierto.
Y como no es cierto, así siento que me estoy secando.
Debería llorar, pero no puedo. No debo.
Un dolor de cabeza me invade y siento que es por mi culpa. todo siempre lo ha sido. Al igual como siempre termino escribiendo de la pesadumbre que invade mi alma, y de mis dolores de cabeza. Tengo más de 50 años sobre mi espalda y corazón, tantas vivencias que no recuerdo, tantas cosas por las cuales quejarme. es la naturaleza. Es que siempre he creído ser un anciano en cuerpo de joven, pues de niño e infante ya nada queda, me lo arrebató la vida o tal vez yo misma.
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Reflexiones del autor
4 de noviembre de 2013
Sonatina
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
¡Oh, quien fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida.)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
(La princesa está pálida. La princesa esta triste.)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!
"--Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-;
en caballo con alas, hacia aquí se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor."
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