"Anoche dijiste que todo era muy incierto, que el futuro lo era. Aún así mantuve las esperanzas en nuestra pseudo discusión. Te dije, que sabía muchas cosas nuestras, tantas cosas que te asombraría que yo las supiera o incluso que mi mente las recordara, como por ejemplo:
Puedo recordar con facilidad y que sin remordimientos, susurro tu nombre en la oscuridad de cada noche, aunque en realidad no sepa como te llamas realmente. Sin temor, espero a que nuestro encuentro se dé pronto, porque también sé que anhelas lo mismo. Sin penas ni glorias, me he propuesto amarte como a nadie más y sin vergüenza, me atrevo a besar tu mejilla cada noche y acariciar tus labios con los míos hasta quedarme dormida entre tus brazos, a pesar de que no estés aquí, frente a mí. Me encanta sentir tus abrazos, también me gusta cuando caminamos bajo la lluvia y me cantas - No eres muy afinado y te avergüenzas un poco - mientras yo te escucho bajito en mi oído, pues sé que es sólo para mí. Recuerdo que se me erizan los pelos de los brazos cuando me tomas improvisadamente la mano y también sé que odias que me muerda el labio inferior cada vez que me pierdo en pensamientos lejanos.
Sé tantas cosas, tantas que algún día no muy lejano haremos juntos, que te las diré en ese entonces, que incluso hoy mismo te repetiré como a menudo por las noches, simplemente hasta que llegues con esa sonrisa o hasta que me canse de idealizar."
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