
No hay palabras que expresen mi gratitud ni mucho menos eso que tú ya sabes y que a veces odio que sea cierto, sé que tú también lo odias.
Hoy lloré y no supe por qué, pero no fue por tu culpa. Pienso que cada vez que busco en mis papeles sale más de algún recuerdo que no quisiera recordar o más que todo, quisiese volver a vivir. Amo hablar contigo aunque sean quince minutos, mi dosis diaria para ser feliz. Y aunque no sea tan cierto como suena yo sé que ocurre.
Sigo imaginando aquella compañía, necesito sentir más que esto.